La obesidad se diagnostica cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o mayor que 30. Para determinar tu índice de masa corporal, divide tu peso en libras por tu altura en pulgadas cuadradas y multiplica por 703. O divide tu peso en kilogramos por tu altura en metros cuadrados.
IMC
Estado del peso Inferior a 18,5
Bajo peso De 18,5 a 24,9
Normal De 25,0 a 29,9
Sobrepeso 30,0 o superior Obesidad
Para la mayoría de las personas, el IMC brinda un cálculo aproximado de la grasa corporal. Sin embargo, el IMC no mide directamente la grasa corporal, por lo que algunas personas, como los atletas musculosos, pueden tener un IMC en la categoría de obesidad aunque no tengan exceso de grasa corporal.
Causas
Aunque existen influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales en el peso corporal, la obesidad ocurre cuando se ingieren más calorías de las que se queman con el ejercicio y las actividades diarias normales. El cuerpo almacena ese exceso de calorías en forma de grasa.
La mayoría de las dietas de los estadounidenses son demasiado altas en calorías, a menudo de comida rápida y bebidas altas en calorías. Las personas con obesidad podrían comer más calorías antes de sentirse satisfechas, sentir hambre antes o comer más debido al estrés o la ansiedad.
Las personas obesas tienen más probabilidad de presentar una serie de problemas de salud que pueden ser graves, tales como:
Enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. La obesidad las hace más propensas a la alta presión arterial y a niveles anormales de colesterol, que son factores de riesgo para enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Diabetes tipo 2. La obesidad puede afectar la manera en que tu cuerpo usa la insulina para controlar los niveles de azúcar en la sangre. Esto hace aumentar tu riesgo de resistencia a la insulina y diabetes.
Ciertos tipos de cáncer. La obesidad puede aumentar tu riesgo de cáncer de útero, de cuello uterino, de endometrio, de ovarios, de mama, de colon, de recto, de esófago, de hígado, de vesícula, de páncreas, de riñón y de próstata.
Problemas digestivos. La obesidad aumenta la probabilidad de presentar acidez estomacal, enfermedades a la vesícula, y problemas al hígado.
Problemas ginecológicos y sexuales. La obesidad puede ser la causa de infertilidad y períodos menstruales irregulares en las mujeres. También puede provocar disfunción eréctil en los hombres.
Apnea del sueño. Las personas obesas tienen más probabilidad de tener apnea del sueño, un trastorno posiblemente grave en el que la respiración se detiene y vuelve a comenzar repetidas veces durante el sueño.
Artrosis. La obesidad aumenta el estrés sobre las articulaciones que soportan el peso del cuerpo, además de contribuir a la inflamación dentro del organismo. Estos factores pueden llevar a complicaciones como la artrosis.
Síntomas graves de COVID-19. La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar síntomas de gravedad si te infectas con el virus que causa la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Las personas con casos graves de la COVID-19 quizás requieran tratamiento en unidades de cuidado intensivo o incluso asistencia mecánica para respirar.
El tratamiento de la obesidad debe ser integral y multidisciplinario para alcanzar y mantener un peso saludable. Pérdidas de peso de al menos un 5-10% en un período de 6 meses mejora y controla la aparición de otras enfermedades (comorbilidades) asociadas con la obesidad.
El tratamiento inicial de la obesidad incluye cambios en la pauta alimentaria y el aumento de ejercicio físico. Junto a estas estrategias y, en función del grado de obesidad, se pueden administrar fármacos u optar por la cirugía bariátrica con la finalidad de potenciar la pérdida de peso.
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